Cuidados y consejos

Si acabas de embarcarte en la nueva aventura de dar la bienvenida a un burro (o varios) a tu familia, puede llegar a ser algo muy gratificante. Sin embargo, has de considerar varios aspectos para una tenencia responsable. Para ayudarte en esta experiencia, hemos producido este Manual sobre el Cuidado de los Burros, además de varios artículos mas técnicos que te ayudarán a resolver todas tus dudas en casi todos los aspectos relacionados sobre el cuidado de los burros. También ofrecemos periodicamente cursos y talleres sobre cuidados básicos y comportamiento.

Fichas informativas

Estas hojas informativas incluyen más detalles sobre diversos aspectos del cuidado y el bienestar del burro . Proporcionan información sobre las enfermedades comunes, el manejo de los burros en diferentes etapas de sus vidas, problemas dentales, el comportamiento incluyendo detalles sobre mulos y burdéganos, y plantas venenosas, por nombrar algunos. Aqui te dejamos aquellas que hemos traduccido al español, si dominas el inglés puedes acceder a esta página donde se encuentran todas las que hay disponible. 

Cuidados

• Como cuidar a tus burros durante las restricciones COVID

• Cuidados de los burros en condiciones de calor extremo

• Cuidado del burro geriátrico

• Cuidados del rucho huérfano

• Esquilar o no a tu burro

• Piojos en burros

• Protección contra insectos para burros

• Cuidado de los burros en invierno

• Cólicos en burros

• Sarcoides en burros

Alimentación

• Plantas y árboles venenosos para los burros

Comportamiento

• Entendiendo el comportamiento de los burros

• Estimulación mental para équidos

Para profesionales

• El Aliado Clínico del Burro

Información general

A menos que tengas la intención de criar burros, no deberías tener un burro entero. Estos, por naturaleza, son extremadamente impredecibles cuando hay cerca una hembra en celo. Tanto los machos castrados como las hembras tienen sus propios rasgos de comportamiento: los machos castrados juguetones pueden retozar y pelearse como colegiales, mientras que las hembras entran en celo y pueden necesitar un trato más comprensivo durante este período. Una pareja de burros del mismo sexo será tan feliz como la formada por una hembra y un macho castrado.

Normalmente, los burros «se hermanan» y puede traer problemas si se les intenta separar de su acompañante, el cual no tiene que ser necesariamente otro burro. Recomendamos no separar a la pareja a no ser que sea estrictamente necesario, ya que puede generarles estrés. 

Deja que el burro comparta establo con su compañero. Habilita aproximadamente 4,5 metros cuadrados de superficie cubierta por burro, más o menos 9 metros cuadrados por pareja. A diferencia de los caballos, los burros no acumulan grasa de forma natural para impermeabilizar su pelaje, por lo que siempre han de tener acceso a un refugio o al establo. 

Los burros no muestran los mismos signos de dolor que un caballo o un poni, presta atención a los cambios en sus patrones de comportamiento habituales. Si el burro rechaza la comida, y/o está cojo, llama al veterinario inmediatamente. Tanto como para el nuevo, como para el experimentado dueño de un burro, es altamente recomendable aplicar la siguiente lista de comprobación de cinco puntos de manera diaria:

• Comportamiento
• Apetito y sed
• Heces y orina
• Ojos, nariz y respiración en reposo (respiración) 
• Pelaje y piel

La temperatura normal de un burro no es la misma que la de un caballo o un poni. Su rango de temperatura oscila desde los 36,2 hasta los 37,8 °C. 

Los burros sufren de hiperlipemia (trastorno metabólico de lípidos o grasas), estando especialmente en riesgo aquellos con sobrepeso. La hiperlipemia se debe al estrés. Cuando los burros no comen lo suficiente, la grasa pasa al torrente sanguíneo para que el hígado la convierta en glucosa. Este proceso está regulado por hormonas complejas, el cual no se cierra de manera eficiente en ponis enanos y burros. El exceso de grasa puede degenerar el hígado y los riñones hasta el punto de que fallen. El estrés puede estar causado por el dolor, los viajes, los cambios en la dieta o en el ambiente o la pérdida de un compañero. La hiperlipemia puede resultar fatal y se requiere una pronta intervención veterinaria. Los síntomas incluyen la falta de apetito y la depresión. Si notas que tu burro puede estar enfermo o deja de comer, llama a tu veterinario.

Los burros requieren una dieta baja en proteína, azúcar y almidón, pero alta en fibra. Por este motivo, la base de su dieta durante todo el año debe ser paja de cebada además de una cantidad restringida de pasto. Durante el invierno, este pasto puede que necesite complementarse con pequeñas cantidades de heno. Los burros con sobrepeso tienen riesgo de padecer laminitis (inflamación de la lámina del casco) y la mencionada hiperlipemia. Los ejemplares ancianos o enfermos podrían precisar una suplementación en la dieta. Tu veterinario puede asesorarte sobre este tema y The  Donkey Sanctuary dispone de más información sobre la alimentación de los burros.

Los burros forman vínculos muy fuertes y se llegan a hermanar con sus pares. Si el compañero o compañera del burro muere o tiene que ser eutanasiado por razones médicas, asegúrate siempre de que el superviviente pasa tiempo con el cuerpo del fallecido para que pueda asimilar su muerte. Si se lleva al burro lejos de su amigo para ser sacrificado, el burro superviviente puede llegar a sufrir gran estrés.

Sin duda, la experiencia de The Donkey Sanctuary y de otros lugares es que a los compañeros supervivientes se les debe dejar pasar tiempo con al cadáver de su amigo. Ignorar este consejo puede generar gran estrés y ansiedad entre los burros sobrevivientes. Pueden deambular de manera persistente, caminando y rebuznando en búsqueda de su compañero fallecido. Si debido a este comportamiento repetitivo pierden el apetito, algunos individuos llegan incluso a enfermarse. Como referencia, normalmente es suficiente una hora, o el tiempo que lleve a los burros supervivientes retomar su calma habitual y sus patrones de alimentación.

Reglas básicas de alimentación

• Proporciona cantidades de comida pequeñas y frecuentes, los burros se alimentan «por goteo»
• Cualquier cambio en el régimen alimentario tiene que hacerse siempre de manera gradual durante al menos 14 días
• Adapta la alimentación según la edad, el peso y el temperamento del burro
• Evita los alimentos polvorientos o mohosos
• Deben de tener agua limpia disponible siempre
• Es aconsejable el acceso a un bloque de sal equina o un bloque mineral 

La mayoría de los burros llegarán a tener obesidad si pastan sin un control. El uso responsable de una valla eléctrica te permitirá que puedas vigilar su ingesta de pasto. Es preferible utilizar un sistema de cintas al de cables, ya que es más visible. Sigue siempre las instrucciones del fabricante. Ten la valla limpia aplicando un buen mantenimiento y compruébala por la mañana y al atardecer moviéndola según corresponda. La rotación de las áreas de pastoreo puede ayudar mucho a la hora de controlar los parásitos intestinales, porque, aunque las heces siempre se deberían limpiar el pasto puede quedar infestado. 

Las camas hechas de paja de cebada son las mejores para los burros sanos. Esta paja tiene un valor alimenticio más bajo que la de avena, pero más alto que la de trigo. A los burros les resulta cómoda para echarse sobre ella y drena el exceso de humedad bastante bien. La paja de trigo o de avena son aceptables en caso de no disponer de paja de cebada. Las camas de paja son las más económicas. Si el burro tiene problemas respiratorios o requiere hacer dieta, una vez hayas consultado con tu veterinario, se debe habilitar una cama libre de polvo y partículas. Los que sufren de alguna enfermedad respiratoria deberán recibir una alimentación con una alternativa a la paja de cebada (consulta alimentación para burros con enfermedades respiratorias).

Los burros necesitan un comedero a nivel del suelo o uno de esquina para evitar que la comida se ensucie. Se pueden emplear redes de agujero pequeño para sujetar los fardos de heno, pero no debes colgarlos a una altura muy alta para evitar que el animal fuerce la cabeza, ni a una demasiado baja para que no se enrede. Coloca suficiente paja en el comedero para que el burro pueda elegir cual comer, no se desperdiciará nada ya que el resto puede ser utilizado para la cama. Si es posible, sitúa el comedero de manera que el burro no esté sobre su cama mientras come para que sus cascos puedan secarse. Puede que en el invierno tengas que añadir una pequeña cantidad de heno a la paja en el comedero en caso de que el burro no esteá manteniendo su condición corporal con la alimentación base de pasto y paja. 

Ten en cuenta los riesgos de la laminitis derivados de una alimentación excesiva de pasto verde o cereales en grano (la hierba congelada por las frías temperaturas, por ejemplo, también pueden aumentar la amenaza de un ataque laminítico). Los burros están especialmente expuestos a este riesgo durante la primavera y el otoño, cuando la hierba es abundante y crece rápidamente. Los campos tratados con fertilizantes suponen una amenaza mayor. Sin embargo, no solo la primavera y el otoño son los únicos «períodos de riesgo». Siempre que la hierba crezca bien, puede suponer un problema potencial. 

Los burros deben tener siempre acceso al agua limpia; son muy exigentes en este aspecto. Se debe disponer siempre de un balde bien apoyado o de un bebedero de relleno automático que has de limpiar diariamente para evitar la acumulación de polvo o la suciedad en el agua tras haber adecentado el establo.

Limpia meticulosamente los cascos de tu burro. Levántalos y quita todo el barro y las piedras que tenga diariamente. Busca un herrador para que se las recorte regularmente. Pídele que lo haga cada 6-10 semanas. Si tu burro tiene algún problema en particular, puede requerir de visitas más frecuentes. 

En el transporte, no los amarres con la cuerda muy tensa y que siempre lleven un cabezal puesto. No los ates tensamente, es mejor que encuentren su propio equilibrio. Aquellos que están cojos, tienen los cascos sobrecrecidos, superan los 30 años, en mal estado de salud, con mucho sobrepeso o en tratamiento veterinario, no deben ser transportados sin un certificado de aptitud para viajar, el cual será expedido por un veterinario.

Puedes recibir más consejos y apoyo gratuitos para el cuidado del burro contactando con nuestro equipo de bienestar. El Refugio del Burrito también cuenta con un equipo de asesores de bienestar en toda España que proporciona ayuda a los propietarios de burros de manera gratuita y organiza talleres sobre sus cuidados en todo el país. Si usted no puede encontrar lo que está buscando, por favor póngase en contacto con nosotros.