Animales con vida aún siguen en la finca del terror de Bormujos (Sevilla)

“El olor a muerte es devastador. Dos caballos en estado avanzado de descomposición, hay multitud de huesos de muchos animales esparcidos por todo el suelo, junto a este cementerio animal agonizan otros animales famélicos aún con vida sin agua ni comida” comenta Veronica Sanchez, Directora del Refugio tras la inspección de las instalaciones.
El Refugio del Burrito lleva trabajando sin cesar desde el jueves 1 de febrero, seis días de lucha sin éxito, para sacar a los animales supervivientes de un caso de maltrato animal múltiple en las inmediaciones de Bormujos y evitar más víctimas de esta tragedia.
Siendo uno de los casos más graves que la asociación ha atendido en sus catorce años y dado la presión mediática del caso, El Refugio se ve ante la necesidad de lanzar este comunicado para ofrecer transparencia y clarificar los hechos que proceden como se describe a continuación:
Jueves 1 de febrero: Dos horas después de que nos pasaran el aviso del caso, nos trasladamos al lugar junto con la Guardia Civil y un veterinario clínico. Tras la primera inspección encontramos dos caballos muertos en avanzado estado de descomposición, huesos y cadáveres de otros muchos animales, en habitáculos oscuros y llenos de excrementos encontramos tres burros, cuatro caballos, muchos perros, ovejas y una cabra aún con vida. No hay absolutamente nada de alimento ni agua. Un animal tuvo que ser sacrificado la misma noche al presentar una pata rota y colgando, no se pudo hacer nada excepto aliviarle el sufrimiento.
Viernes 2 de febrero: Volvemos a la finca junto con el Seprona y un Veterinario Oficial de la OCA, pero no fue posible rescatar a los animales de ese infierno por no proceder a la incautación de oficio, a pesar de que los animales se encontraban sin agua ni alimento y bajo las descritas condiciones higiénico-sanitarias.
Sábado 3 de febrero: Realizamos una solicitud al Ayuntamiento y Policía Local de Bormujos (encargada de la zona) de carácter urgente pidiendo la incautación de los animales en base a los hechos descritos, informes veterinarios, testigos presenciales y fotografías. Con el fin de poner a salvo a los animales que aún quedan vivos en dichas instalaciones, les requerimos que apliquen de forma urgente la Ley de Protección Animal de Andalucía 11/2003 de 24 de noviembre, Artículo 33 Retención temporal que dicta “que los Ayuntamientos, por medio de sus agentes de la autoridad, podrán retener temporalmente, con carácter preventivo, a los animales de compañía si hubiera indicios de maltrato o tortura, presentaran síntomas de agotamiento físico o desnutrición o se encontraren en instalaciones inadecuadas hasta la resolución del correspondiente expediente sancionador.”
Al mediodía hablamos con el Concejal de Medioambiente y la Policía Local, que aprobaron la medida.
Frenéticamente organizamos el transporte y logística para trasladar a los animales, dos patrullas de la policía local se presentan, no entran a las instalaciones y se marchan sin dar explicaciones siendo imposible retirar legalmente a los animales un día más.
Domingo 4 de febrero: Nos llaman la policía local de Mairena del Aljarafe porque han encontrado dos caballos en la vía pública en estado de delgadez extrema, que son de también del mismo propietario. Organizamos la recogida y depósito de los animales con un Santuario de caballos, quien se hace cargo de ellos.
Lunes 5 de febrero: Ante la pasividad de la Policía Local se vuelve a presentar al Ayuntamiento una petición urgente de aplicación del Art. 33 de la Ley de Protección Animal Andaluza para poder decomisar a los animales con esperanzas de que la autoricen lo antes posible.
Martes 6 de febrero: Los animales siguen en las instalaciones en riesgo de inanición. A las 10:39 a.m. Recibimos por parte del Ayuntamiento de Bormujos un acuse de recibo a nuestra petición y nos comunican que están coordinando tanto con la OCA (Oficina Comarcal Agraria) de Sanlúcar la Mayor como SEPRONA para hacer un seguimiento.
Desde El Refugio reiteramos la urgencia de sacar a los animales aún vivos de esas instalaciones. Dado las condiciones higiénico- sanitarias y precarias del lugar, la falta de alimento y agua, y sobre todo a la incapacidad del propietario para asegurar los cuidados básicos o asistencia veterinaria que los animales, aún con vida, necesitan urgentemente.
