El rescate de Pequeña
Hace unos días, acudíamos a la cercana localidad de Villanueva de Algaidas, a recoger una mula que, por desgracia, ya no podía ser cuidada por su dueño, ya que éste había caído enfermo y sus hijos viven lejos.
La mula en cuestión se llama Pequeña, a pesar de que es una señora bastante grande, de 32 años de edad.
Al llegar, junto a ella, se encontraba un perrito, bastante malnutrido y evidentemente abandonado – no llevaba collar ni otro tipo de identificación.
Lo sorprendente llegó cuando Pequeña ya estaba en el remolque y nos disponíamos a marcharnos. El perrito comenzó a ponerse nervioso y a dar saltos alrededor del remolque. Nos pusimos en marcha, y el perrito nos siguió con decisión ¡Hasta la salida del pueblo! Era evidente que no quería separarse de Pequeña. Tanta fue su insistencia, que atendimos a lo que parecía pedirnos con toda claridad y le subimos al remolque también, trayéndole al Refugio junto a su mulita amiga.
Efectivamente, tienen una amistad especial. Se les puede ver jugando en el prado, es realmente conmovedor ver cómo Zorro, que así hemos bautizado al perrito, no deja de animar a Pequeña con sus juegos incesantes. Apenas se separa de ella en todo el día. Para muestra, un botón, la foto que compartimos. Si os acercáis por El Refugio, seguramente les veáis juntos en la zona de cuarentena.
Mucho tenemos que aprender aún los humanos sobre convivencia de estos ejemplos tan claros de amistad desinteresada.
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