Triste final para el Mulo de Palomares
A veces nos quedamos sin palabras para expresar la impotencia que produce el desenlace de ciertos casos, a pesar de todo el trabajo y empeño que ponemos en ellos.
Ese ha sido el caso del mulo de Palomares del Río, que nos llegaba a través de la red social Facebook y que, a pesar de la celeridad de nuestras actuaciones, ha tenido un triste final. Os damos todos los detalles de lo que ocurrió.
Nada más conocer la noticia nos pusimos en marcha, hablando con las autoridades pertinentes: SEPRONA, en este caso, para que nos acompañaran al lugar donde se encontraba el animal, ya que salimos de inmediato, en cuanto leímos el mensaje publicado en las redes sociales y pudimos hablar con ellos; no era un caso que pudiera esperar. Incluso nos llevamos el remolque, esperando que las autoridades actuaran en consecuencia y nos cedieran al pobre mulo.
Comprobando las imágenes, nos dimos cuenta de que conocíamos al mulo, le habíamos visto en el rocío, ya esquelético, y habíamos denunciado al propietario, un tratante, que llevó varios équidos al Rocío para alquilarlos por horas. El Seprona también le denunció y, probablemente por eso, el tratante terminó vendiéndolo justo después del Rocío, a una familia de Palomares del Río, como pudimos comprobar in situ. Un veterinario le había visto, y comprobado que tenía la dentadura tan mal que había dejado de comer. El mulo tenía unos 40 años.
Más de diez horas de trabajo, viaje y búsqueda después, el alma se nos vino a los pies cuando al fin averiguamos que no solo el animal no se encontraba allí, sino que había sido llevado por la familia a un matadero la noche anterior. Como decíamos antes, no hay palabras que describan nuestra impotencia y frustración. La familia que le compró no vio otra solución que enviarle al matadero. Por más triste que nos parezca, no hay nada ilegal en ello y no pudimos hacer nada más.
El Refugio del Burrito agradece de corazón a todos los que nos habéis hecho llegar mensajes de ánimo. Os garantizamos que nuestro compromiso es por y para los animales. Ahora toca seguir trabajando. Por él, y por todos los que están aún ahí fuera y necesitan de nuestra ayuda.