Pedro, a pleno sol, sin agua y devorado por avispas
Sin cobijo del sol abrasador, sin alivio de su dolor, sin nadie con la suficiente empatía para acabar con su sufrimiento, Pedro luchaba por sobrevivir.
Pedro, trabajaba recogiendo chatarra en Berja (Almería) sin descanso. Sobrevivió malviviendo atado a la intemperie sin cobijo, con deshidratación y delgadez extrema. Pedro tenía varias heridas abiertas infectadas por todo su cuerpo, y sobre estas gran cantidad de avispas, moscas y gusanos que literalmente se lo estaban comiendo vivo.
Una vecina de Béjar (Almería) nos dio un aviso desesperado por el lamentable estado de un burro atado al sol, al que graba en vídeo con heridas y lleno de avispas, sin agua y con síntomas de deshidratación y delgadez extrema, con varias heridas visibles y abiertas por todo su cuerpo. Rápidamente nos pusimos manos a la obra al ver el estado del animal.
Nuestro equipo contactó con la Policía Local de la zona, que, tras comprobar el estado de abuso y abandono del animal y que carecía de microchip procedió inmediatamente a la incautación. Así se pudo trasladar legalmente a un lugar seguro mientras nuestro equipo llegaba en su busca. Una vez a salvo, le dimos asistencia veterinaria urgentemente para evaluar su estado, proceder a las curas y ver si era apto para viajar. El burro, al que llamamos Pedro, parecía además sufrir dolor.
El primer informe veterinario dicta que presentaba una actitud muy deprimida, en extremo estado de delgadez, con heridas y lesiones por todo su cuerpo provocadas por el exceso de trabajo y el uso de unos aparejos para el enganche en el carro no adecuados para tal fin. La boca en muy mal estado y con úlceras bucales. El burro había sido usado por sus dueños durante años para tirar de un carro lleno de chatarra y otros deshechos metálicos. El carro tanto los aperos que llevaban le causaban continuamente heridas y rozaduras por todo el cuerpo, ya que eran hechos de forma casera y con cualquier material.
Presenta ulceras por presión por arneses inadecuados en todo el cuerpo: en las axilas, por detrás de las orejas, en la columna lumbar (esta úlcera de gran tamaño se encuentra abierta y drenando); en la mandíbula presenta una deformación y una cicatriz de gran tamaño, justo por detrás del mentón, provocada por el uso abusivo del “perrillo”.
Probablemente hubo fractura del hueso mandibular y herida abierta. El “perrillo” es un objeto de metal aserrado que se coloca detrás del mentón y se utiliza para frenar el animal, mediante la provocación de dolor al clavarse dicho objeto en la piel.
Lo más preocupante que presentaba era, en la zona de la cruz, un abultamiento de gran tamaño, que drenaba pus al exterior por 2 puntos, llamado coloquialmente “mal de cruz”. Tras realizar radiografías de la zona se observa remodelación y neoformación ósea de las apófisis espinosas y osteofitos que, con toda seguridad, rozan el ligamento supraespinoso. Esta patología, causada por traumatismos repetidos con aparejos inadecuados, normamente requiere de cirugía.
Pedro llega al Santuario
Por este motivo decidimos que lo mejor para Pedro sería entrar a nuestro Santuario, donde poder observar su evolución, plantear la cirugía si fuera necesaria y darle una vida digna y sin sufrimiento que tanto merecía después de todos sus años de sufrimiento.El veterinario ha visitado desde entonces regularmente a Pedro, con un pronóstico inicial no muy esperanzador, debido al terrible estado del abultamiento de la cruz.
En un principio, el dolor no le permitía comer cómodamente en el suelo dado que no podía bajar la cabeza, así que tuvimos que adaptar el espacio y poner el comedero en alto para que se sintiera lo más cómodo posible. Además, se le estuvieron administrando la medicación y curas diariamente, con mucha dedicación y esfuerzo por parte de todo el personal a su cuidado.
Pedro, como muchos otros burros en el mundo, ha trabajado sin descanso y hasta ahora su sufrimiento había sido ignorado. Pese a todo, ha salido adelante. Presenciar a un animal maltratado evolucionar de esta forma es uno de los motores que impulsa nuestra lucha y nuestro trabajo diario.
Hoy podemos decir que es un burro fuerte y está casi recuperado. Los veterinarios han felicitado a nuestro equipo por haber luchado por él sin rendirse. Nos sentimos orgullosos de haber dado a Pedro el respeto que merece y ayudarle a recuperar su dignidad. Ahora tendrá una oportunidad de vivir libre y sin dolor, como todo burro debería tener. Las heridas de su cuerpo con el tiempo sanarán. Esperamos poder ayudarle a aliviar también las de su alma.
Por favor, ayúdanos a darle la vida y dignidad que merece y seguir siendo la última esperanza para otros burros como él.
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