Entendiendo el comportamiento de tu burro
FACTORES INFLUYENTES SOBRE LA CONDUCTA DEL BURRO
LA EVOLUCIÓN
Durante 60 millones de años, los burros y los caballos han sido animales de presa, sobreviviendo y escapando de sus depredadores. Incluso hoy en día y tras 6.000 años de domesticación, los burros intentan huir del peligro. Los caballos han evolucionado viviendo en manadas de individuos jóvenes, con sementales que defendían a su manada de otros machos dominantes. Cada manada controla un territorio en el que pueden coincidir otros grupos. Sin embargo, ninguna muestra interés por defenderlo. En zonas donde el agua y la vegetación son suficientes, los burros salvajes viven en grupos similares a los de los caballos, aunque se muestran más transitorios a menudo separándose durante la época en la que no hay apareamiento.
Por el contrario, los antepasados de nuestros burros domesticados, que evolucionaron en el norte de África con escasa vegetación y suministro de agua tienden a ser más solitarios. Las hembras solo viven con la cría que tuvieron del año pasado y los machos defienden el territorio para aumentar las posibilidades de apareamiento.
MALINTERPRETAR LA VERDADERA NATURALEZA DEL BURRO ES UNA CAUSA FRECUENTE DE PROBLEMAS
Estas diferencias en la conducta social dan lugar a un comportamiento más territorial en los burros que en los caballos. El instinto territorial del burro es tan fuerte que en muchos países es utilizado para proteger a los rebaños de ovejas y cabras de los perros, los zorros, los coyotes o los lobos. Por desgracia, esta naturaleza territorial hace que no sea extraño que los burros persigan y ataquen a pequeños animales como a las ovejas, las cabras, las aves de corral, los gatos y los perros. Sin embargo, no todos los burros muestran este comportamiento y muchos de ellos conviven felizmente con otros animales. El mecanismo de lucha y defensa de los burros se activa más fácilmente que en el de los caballos, debiéndose a que los ancestros salvajes de los burros domesticados viven normalmente en grupos muy pequeños, de uno o dos ejemplares, donde la huida no es siempre la mejor técnica de supervivencia en comparación con la tendencia que tienen los caballos de vivir en grandes manadas. Si un burro ve restringida su capacidad de alejamiento, utilizará la lucha como respuesta para salvarse.
Los burros evolucionaron para recorrer largas distancias en busca de la escasa vegetación. Esta búsqueda y el entorno en el que vivían les mantenían estimulados mentalmente, en buena forma y esbeltos. Los burros domesticados viven en un ambiente limitado. La comida es fácil de conseguir y las vallas restringen la distancia que pueden recorrer. Como resultado de estas limitaciones, la domesticación puede causar varios problemas como la sobrealimentación, el aburrimiento o la interacción social.
El ambiente juega un gran papel sobre el comportamiento de estos animales y nuestro trato hacia ellos debe contemplar las carencias que los animales experimentan en la domesticación.
Una alimentación apropiada, la compañía, el movimiento y la estimulación mental son de vital importancia para que el burro muestre un comportamiento normal.
LOS BURROS TIENEN UN MOTIVO POR TODO LO QUE HACEN
Su comportamiento está controlado e influenciado por una serie de factores. Malinterpretar la verdadera naturaleza y el comportamiento del burro conlleva a la incorrecta, pero común creencia sobre su terquedad. Esencialmente, estableciendo la motivación de ese comportamiento se puede determinar la causa, y al eliminar esta causa, el animal experimentará un cambio en su conducta.
A la hora de intentar establecer las causas de un comportamiento es importante leer cada apartado de esta ficha y considerar cómo puede influir cada factor sobre la conducta del animal.
LA GENÉTICA
Los burros tienen ciertos rasgos de comportamiento que son normales para ellos, y entender las diferencias de conducta entre los caballos, los burros y las mulas es de vital importancia antes de comenzar a tratarlos o entrenarlos. Los burros heredan los genes de sus padres y quizá también las características de comportamiento ligados a estos genes. Es complicado saber si el comportamiento se transmite a través de estos o bien, lo aprenden de los padres durante su etapa juvenil. Los rasgos de comportamiento de los padres hacen que su descendencia lo haga de manera similar.
Es importante tratar correctamente a las hembras con crías para ayudarlas a desarrollar un correcto comportamiento hacia los humanos, lo que también beneficiará a su retoño. Las crías igualmente tendrán que ser tratadas durante su crecimiento de manera adecuada y consistente.
EL ENTORNO
Uno de los factores más relevantes que el ambiente proporciona es la estimulación mental. Sin esta estimulación, se desarrollan problemas de conducta, normalmente en respuesta a aliviar el aburrimiento de la domesticación.
Un espacio insuficiente incrementa la competición por la comida y el espacio propio con el resto de la manada, lo que a su vez aumenta el estrés entre los animales pudiéndoles afectar al carácter. Cuando se interactúa con un burro, tanto los propietarios como los cuidadores forman parte del ambiente, por lo que, los cambios en el comportamiento de estos pueden afectar al animal. Cualquier tensión causada por el entorno se reflejará en el comportamiento del burro. Todo cambio en el ambiente o en la dinámica de la manada puede alterar la conducta del burro. Las modificaciones en la rutina también pueden afectarles. Siempre, que sea posible, los cambios ambientales han de ser graduales y planificados cuidadosamente para que el burro pueda ajustarlos sin estresarse. El enriquecimiento del entorno es esencial para los burros domesticados.
EL DOLOR
Éste es una de las causas más frecuentes que generan los problemas de comportamiento en los burros. Si el animal siente dolor, hará todo lo posible para aliviarlo. La artritis, los problemas de espalda u otros daños puede hacerles cocear o no querer levantar las patas. Si al levantar las patas sienten dolor, cocear es un intento de volver a apoyarse en el suelo, aliviando así el dolor. El crecimiento doloroso de los dientes en burros jóvenes puede aumentarles la frecuencia en la masticación y el mordisqueo en su entorno o hacia sus cuidadores.
Ante una conducta problemática o anormal, siempre hay que tener en cuenta la posibilidad del dolor como la causa, y especialmente en los cambios repentinos de comportamiento o si no se corresponde con el habitual, por ejemplo, si un burro tranquilo se vuelve agresivo o comienza a dar coces. Siempre que haya una alteración en la conducta, es recomendable consultar con tu veterinario para descartar el dolor como posible causa.
LAS ENFERMEDADES
Existen numerosas afecciones que pueden dar origen a cambios en el comportamiento o al desarrollo de los problemas en la conducta, como los quistes ováricos, las alteraciones hormonales, una deficiencia de vitaminas y minerales, los tumores cerebrales, la ceguera, la alopecia, las enfermedades cutáneas, la fotosensibilidad y las intolerancias alimentarias, por nombrar solo algunas. Normalmente, es muy complicado identificar estas enfermedades, siempre se debe consultar con un veterinario para garantizar un diagnóstico y tratamiento precisos.
Las burras suelen tener el celo cada tres semanas con una duración de cuatro a seis días. Durante este período, para ellas es normal comportarse de diferentes maneras expresando agresividad, manifestando una conducta problemática o mostrándose sumamente sociables. Estos comportamientos están bajo la influencia de los ciclos hormonales naturales y varían de una hembra a otra. Es importante recordar que estos ciclos regulares pueden no darse durante todo el año y que muchas veces no se producen en el invierno. Puedes hacer anotaciones diarias del comportamiento del animal para ayudarte a identificar qué cambios tiene de manera habitual en su conducta.
EL APRENDIZAJE Y LA EXPERIENCIA
El aprendizaje del burro se inicia desde que nace y continúa durante toda su vida. Este término puede ser definido como la adquisición de conocimiento que origina cambios relativamente frecuentes en el comportamiento. Si el burro joven ha sido socializado con otros ejemplares de su especie y se le ha permitido desarrollarse correctamente durante sus fases de desarrollo juvenil, determinará si el animal es susceptible de experimentar problemas de comportamiento cuando sea adulto.
Las situaciones que provocan dolor o miedo al animal le enseñarán rápidamente a temer a la gente relacionada con las mismas.
El burro aprende algo cada vez que interactúas con él. Durante el aprendizaje, el animal no contempla si su comportamiento es bueno o malo de cara a los humanos, solo si resulta efectivo. Muchas conductas que nosotros consideramos problemáticas, ciertamente no las son para el burro, tienen mucho éxito a la hora de ofrecerles una vida más cómoda y enriquecedora.
LA INTERACCIÓN HUMANA
El comportamiento de un burro se verá influido por la habilidad, la experiencia y la propia confianza de su cuidador. Una persona nerviosa aumentará la intranquilidad del animal. Cuando a un burro se le tilda de «difícil, desobediente o malo», el comportamiento del cuidador cambiará conforme a ello, y a la vez el animal reflejará la «etiqueta» que se le ha colgado.
Los burros son animales grandes y fuertes y para los cuidadores sin experiencia, es habitual la falta de confianza o incluso tenerles miedo. Cualquiera que tenga intención de tratar a un burro, debe de adquirir el conocimiento y la experiencia necesarias antes de comenzar a trabajar la conducta del animal.
EL ADIESTRAMIENTO
Los burros aprenden fácilmente cosas nuevas relacionadas con su conducta natural. Las acciones que les son completamente antinaturales como ser utilizados como medio de transporte, montar sobre ellos, levantar las patas al herrarlos o viajar en remolque, pueden llevarles más tiempo porque son extrañas a su comportamiento natural. La forma de adiestrar y manejar a un burro determinará su comportamiento. Un adiestrador con experiencia capaz de comunicarse bien con el animal ayudará al burro a superar los problemas y aprender más rápidamente que con un cuidador impaciente o inexperto.
Antes de empezar un programa de adiestramiento o contratar a un etólogo equino con experiencia en el manejo y el entrenamiento de los burros, consulta siempre con tu veterinario para descartar dolencias o enfermedades.
La ciencia del comportamiento y el aprendizaje es un tema muy extenso y complicado, y en el caso de conductas más peligrosas o difíciles, se debe buscar ayuda profesional antes de comenzar a adiestrar al animal. Se debe tener cuidado a la hora de trabajar con burros con problemas de comportamiento. El cuidador debe de sentir confianza con el burro y tomar todas las precauciones posibles para evitar accidentes.
PAUTAS PARA TRABAJAR CON BURROS CON PROBLEMAS CONDUCTUALES
Determina las causas potenciales de su comportamiento
• Asegúrate que el veterinario revise al animal para detectar dolor o afecciones
• Busca consejo profesional si dudas sobre la posible causa, no tienes experiencia o la conducta resulta peligrosa
• Analiza tu propio comportamiento para comprobar si al burro le puede estar afectando
• Estudia e investiga el problema de conducta, asiste a algún curso sobre el comportamiento del burro que ofrece Donkey Sanctuary
• Organiza el adiestramiento o la formación del burro en etapas breves y realizables
• Trabaja poco a poco y no te precipites
• Observa el lenguaje corporal del burro: ellos siempre se comunican contigo de esta manera
• Evita «colgarle» etiquetas negativas o despectivas al animal
• Recompensar al burro por su buen comportamiento debe ser una prioridad
• Ten en cuenta que la conducta, antes de mejorar, puede empeorar
EL COMPORTAMIENTO ES UN TÉRMINO QUE PUEDE SER EMPLEADO PARA DESCRIBIR TODO AQUELLO QUE UN ANIMAL O UN HUMANO HACE. LA CIENCIA DEL COMPORTAMIENTO ES UN TEMA EXTENSO, Y MÁS COMPLICADO PORQUE QUE CADA ANIMAL ES UN INDIVIDUO, Y, POR LO TANTO, CADA COMPORTAMIENTO ES ÚNICO EN LA MANERA EN QUE SE GENERA Y CÓMO EL ANIMAL LO MUESTRA. ES IMPORTANTE ENTENDER QUE UN BURRO MUESTRA SU CONDUCTA IGUALMENTE CUANDO ESTÁ DE PIE QUE CUANDO COCEA AL LEVANTARLE LOS CASCOS.
¿TOZUDEZ O INTELIGENCIA? ASÍ SON LOS BURROS
Estos animales, por naturaleza, no son agresivos, tercos o complicados, simplemente les interesa aprender y sobrevivir. Entonces, ¿qué contestas a la pregunta? ¿Son inteligentes los burros? Se les da bien aprender a subsistir y evitar actividades que les resultan complicadas, atemorizantes o dolorosas. Tienen buena memoria y adquieren fácilmente el aprendizaje. A los burros se les da muy bien ser tal y como son.
¿APRENDEN RÁPIDO?
Obviamente, el ritmo del aprendizaje depende de la actividad que el animal esté intentando memorizar. Les resulta fácil aprender cosas cercanas a su naturaleza. Los procesos que les son extraños como ser utilizados como medio de transporte, montarlos, o que levanten las patas para herrarlos, puede llevarles más tiempo porque distan mucho de comportamiento original. Su ritmo de aprendizaje, sin duda, puede ser tan rápido como el de un perro o un delfín, considerados animales extremadamente inteligentes. Cualquiera que disfrute de la compañía de un burrito sabrá que rápidamente se familiarizan con el sonido de la apertura del pestillo del almacén, lo que significa que pronto disfrutarán de su comida. Aprenden pronto a analizar a sus compañeros humanos y les enseñan a que les rasquen donde les pica o piden que les recompensen con comida. A menudo, verás cómo los burros se vuelven de espaldas al dueño para que les rasquen la parte trasera. Durante este ciclo de aprendizaje, vemos cómo el animal enseña al dueño a que le rasque donde quiere cuando se lo pide. ¡Qué animal más inteligente!
Los burros que en el pasado recibieron un buen trato a través de técnicas positivas tienen más posibilidades de sentirse seguros de sí mismos y estar más motivados para adquirir nuevos conocimientos por medio de la interacción con los humanos y su entorno. Para aprender de la forma más efectiva, hay que impartir la enseñanza de manera segmentada o en pequeños pasos fáciles de comprender, es un proceso al que llamamos «moldeamiento de la conducta». Cada burro es un ser individual y la capacidad de aprendizaje puede variar de unos a otros. Dependerá mucho de la habilidad del adiestrador para comunicarse con precisión y coherencia, características requeridas para este proceso.
¿QUÉ LES MOTIVA PARA APRENDER?
A los burros se les incentiva de una manera más satisfactoria con las cosas que disfrutan naturalmente como la comida, rascarse, la interacción social con otros animales, o disfrutar al aire libre en con sus compañeros. A no todos los burros les interesan las mismas recompensas, ni tampoco de la misma manera. Rascarles para motivarlos nos recuerda a cuando dos burros lo hacen mutuamente, y está científicamente comprobado que cepillar a los caballos en la zona de la cruz (situada entre las crines y el lomo) les puede bajar la frecuencia cardíaca. Sin embargo, el burro no considera las caricias como algo positivo. Entre ellos no lo hacen, por lo que les cuesta comprender su significado. La caricia para ellos es similar a aplastar o golpear una mosca, así que siempre es mejor rascarles en señal de recompensa por su buen comportamiento. Aunque puede que a nosotros nos guste acariciarlos, sin duda, ellos apreciarán mucho más que se les rasque.
También puedes motivarlo para evitar estímulos negativos como los tirones de cuerda o el lenguaje corporal negativo. Se le incentiva para poner en práctica esta conducta con el objetivo de detener o evitar algo que el animal considera desfavorable. Este tipo de estimulación debe ser empleada con precaución y tienes que ser consciente de las consecuencias de su mal uso. No debes abusar de los estímulos negativos ni tampoco aumentar su uso. Cuando es necesario utilizar esta estimulación negativa para incentivar al burro, también se le debe recompensar para reforzar la conducta correcta.
¿PUEDES ENSEÑARLE A UN BURRO ANCIANO?
Es fácil pensar que el comportamiento del animal no va a cambiar una vez ya son mayores o si tienen una conducta asentada. Sin embargo, sí que es posible enseñarles cosas nuevas. Una vez que a los burros mayores les estimulas mentalmente con problemas para resolver o retos que han de superar, comienzan a aprender nuevas actividades de manera más rápida. Obviamente, un animal más mayor tendrá la conducta más establecida, lo que es más difícil de cambiar, por lo que el adiestramiento llevará más tiempo.
Para más ayuda y asistencia sobre los problemas del comportamiento puedes ponerte en contacto con nosotros o contacta con tu asesor del bienestar del burro. También puedes consultar la ficha técnica sobre el comportamiento en los sementales, los machos no castrados y las hembras.